Los estrógenos son las hormonas sexuales protagonistas de la fisiología femenina, su secreción será mediada principalmente por los ovarios durante la etapa fértil, posteriormente cuando llega la menopausia y dejamos de segregar estrógenos serán obtenidos a partir de los andrógenos a partir de diversas conversiones enzimáticas.

Los niveles de estrógenos sufrirán una serie de fluctuaciones a lo largo de nuestra vida, de tal modo que hasta llegar a la adolescencia se mantendrán en niveles medio altos donde tendrán su pico más alto coincidiendo con nuestro periodo más fértil, hasta llegar a la menopausia período en el cual nuestros ovarios se irán degradando y atrofiándose hasta que poco a poco las concentraciones vayan disminuyendo hasta alcanzar un umbral mínimo y es a partir de entonces donde comienza la conversión de estrógenos a partir de andrógenos que hablábamos anteriormente.

Entre las funciones fisiológicas que realizan los estrógenos está la mineralización ósea, estas importantes hormonas dirigen la absorción por parte del hueso del calcio, uno de sus principales componentes. De forma que tengamos unos huesos mucho más rígidos y fuertes, con mayor resistencia a la fractura. El pico de máxima mineralización se encuentra a la edad de 25 años e irá disminuyendo a lo largo de la vida. Veremos así que en mujeres con menopausia la capacidad de mineralización ósea disminuye y por tanto se presenta la osteoporosis, los huesos se vuelven más endebles, se forman más poros y se vuelven más frágiles, se rompen con más facilidad ante impactos de menor calibre.

Otra de las importantes funciones que realizan los estrógenos son los efectos sobre la redistribución de la grasa corporal, especialmente de la grasa subcutánea, lo que conlleva un beneficio ya que esta grasa es más fácil de eliminar por su sensibilidad a la respuesta nerviosa además de ser menos proinflamatoria, y esto nos protege a nivel cardiovascular.

También tiene la función de mejorar nuestro perfil lipídico, o lo que es lo mismo nuestros niveles de triglicéridos y colesterol plasmáticos. Manteniéndolos a raya de tal forma que no superen concentraciones que puedan resultar peligrosas a nivel cardiovascular. Ya que la evidencia científica nos muestra que se establece una relación entre niveles de triglicéridos y colesterol elevados con el padecimiento de enfermedades de tipo hormonales y cardiovasculares.

Importante es también su mediación en el metabolismo glucídico, ya que los estrógenos tienen la capacidad de aumentar nuestra resistencia insulínica, es decir favorecen una captación de glucosa por parte del músculo y que esta se almacene en forma de glucógeno y que la use como principal fuente energética. Lo que nos llevará a poder aumentar nuestra ingesta de carbohidratos lo cual será muy valioso a la hora de obtener un plan dietético atendiendo al ciclo menstrual.

Una de las funciones que tienen más impacto en nuestro organismo es su efecto entre las diferentes estructuras tisulares y es que favorecen procesos de proliferación celular. Lo que quiere decir que favorecen que las células de nuestros tejidos se multipliquen y se diferencien a células especializadas del tejido diana.

Los estrógenos en este sentido trabajan sobre dos tipos de receptores, los alfa situados en mamas y útero y los beta situados en tejido óseo.

Como conclusión podemos afirmar que los estrógenos tendrán una implicación fundamental en nuestro ambiente hormonal, lo que será muy relevante a la hora de realizar cualquier abordaje nutricional a lo largo de toda nuestra vida.

Las recomendaciones nutricionales aplicadas en consultas dietéticas para combatir esa falta de estrógenos principalmente en mujeres con menopausia son:

  • Correcta hidratación, beber agua abundantemente.
  • Evitar hábitos tóxicos como el tabaquismo, y el consumo elevado de alcohol y cafeína.
  • Realización de ejercicio físico, tanto aeróbico como de fuerza
  • Aporte de probióticos y complementos de fitoterapia.
  • Correcto aporte de Calcio, vitamina D, magnesio y Omega 3.

………………………………………………………………………………………………………………

Artículo escrito en colaboración con Marta Acosta Peña, TSD